Una niña identificada como Dulce, de tan solo 9 años, fue encontrada sin vida en su propia casa, la pequeña se había quitado la vida, atando una delgada soga alrededor de su cuello.
La colonia Burgos, Macuspana, Tabasco, México, despertaba lentamente bajo los tímidos rayos del sol matutino.
La luz se filtraba a través de las modestas ventanas de las viviendas de la zona, una de las cuales pertenecía a Blanca y su hija Dulce. Hacía apenas unos meses que ambas habían llegado a este asentamiento para empezar una nueva vida.
Nadie en la colonia tenía idea de la tragedia que acechaba a la joven madre. Blanca, de tan solo 26 años, se levantó temprano aquella mañana para preparar el desayuno de su pequeña hija. Al llamarla repetidamente sin recibir respuesta, pensó que la niña aún estaba durmiendo.
Los gritos desesperados de la madre pronto anunciaron la terrible desgracia que se había abatido sobre su hogar.
La niña había utilizado una soga de rafia, tan frágil como su inocencia, que estaba atada a un clavo en la pared. Por las condiciones en las que se encontraba el cuerpo, se presume que Dulce se había levantado en medio de la noche, enredando la cuerda alrededor de su cuello antes de dejarse caer.
Mientras los vecinos escuchaban los desgarradores gritos de Blanca, corrieron para auxiliarla. Descolgaron rápidamente a Dulce y la colocaron en la cama, pero era demasiado tarde. La pequeña había perdido la vida.
La tristeza y el pesar invadieron la colonia Burgos. Todos se preguntaban qué había llevado a una niña tan joven a tomar una decisión tan desesperada. Mientras las autoridades investigaban los detalles del trágico suceso, la comunidad unía fuerzas para apoyar a la afligida madre, compartiendo su dolor y ofreciendo palabras de consuelo.
El destino había sido implacable con Blanca y sus hijos, cobrándose su precio en una cadena interminable de desgracias. El deceso de su hija de tan solo 9 años de edad representaba solo otro capítulo oscuro en esta tragedia familiar.
La niña, sintiéndose desamada y queriendo aliviar la carga que creía ser para su madre, tomó la dolorosa decisión de quitarse la vida.
Aquella familia, compuesta originalmente por cuatro miembros, comenzó su desmoronamiento con la trágica pérdida del pequeño de dos años, quien perdió la vida debido a una broncoaspiración. Desde ese momento, el vínculo entre la pareja se fracturó hasta el punto de llegar a la separación.
El pasado mes, Blanca y su única hija superviviente, Dulce, llegaron a la colonia Burgos buscando un nuevo comienzo.
Sin embargo, la depresión se había apoderado de la joven madre, devastada por la sucesión de pérdidas. En un abrir y cerrar de ojos, había perdido a su hijo, a su pareja y ahora se enfrentaba a la inminente partida de su última hija.
Sumida en la desesperación, Dulce también fue arrastrada por la oscura corriente de la depresión que, finalmente, la llevó al trágico desenlace de quitarse la vida.
La tragedia había dejado su huella indeleble en la vida de Blanca. Ahora, se encontraba sola, sin hijos y sumida en un abismo de dolor y soledad.
Al llegar, agentes de la policía municipal y cuerpos de auxilio, verificaron que había perdido la vida, por lo que acudieron peritos de la Fiscalía General del Estado para hacerse cargo de las investigaciones.
La Fiscalía General del Estado (FGE) indicó que investiga el caso.
El cuerpo de la niña fue llevado al Servicio Médico Forense (SEMEFO) para las prácticas periciales correspondientes.

