No hay palabras que puedan mermar al menos un poco el dolor de una madre al perder a su único hijo quien ayer, hacia las 11:00 de la mañana, fue atacado por varios perros pitbull en el norte de Bucaramanga, Santander, Colombia.
Ocurrió exactamente en zona rural, cerca del sector de El Cable, barrio Café Madrid.
De acuerdo con los relatos de la familia, el niño de 5 años salió de la casa, acompañado por una tía que lo cuidaba mientras la mamá trabajaba. Iban a coger unos limones. Pero poco a poco el pequeño, inocente, se fue alejando. Se presume que decidió regresar a su vivienda, a unos 100 metros.
De un momento a otro, escucharon los ladridos de una jauría. Parecían perros furiosos. Nunca hubo gritos, ni llanto, ni palabras de auxilio, solo dolor.
Una comadre fue quien se percató de que los cuatro pitbull estaban “destrozando” al pequeño. Como pudo, intentó ahuyentarlos y correr por auxilio.
Cuando se acercaron vieron al pequeño en el suelo. Los perros acabaron con su corta existencia tras atacarlo sin piedad en el rostro, el cuello, las orejas y la entrepierna.
Ya no había nada qué hacer, perdió la vida de inmediato.
La noticia de la tragedia se extendió rápido, los familiares pedían a gritos ¡justicia!
“¡mamá, venga rápido, los perros ASES❙N₳R0N al niño!”, fueron las palabras que escuchó la abuela del pequeño, a través del teléfono.
“Cuando llegué ya estaban los agentes de la policía y no me lo dejaron ver. Los perros que atacaron a mi nieto se la pasan sueltos alrededor de este monte”, relató la mujer.
Habitantes de la zona y los familiares del menor aseguraron que habían denunciado el peligro que generaban estos caninos de raza peligrosa, sueltos en la zona.
Ya habíamos puesto eso en conocimiento de las autoridades, porque a ese señor (dueño de los pitbull), uno le hace reclamo y lo que hace es amenazar. Pusimos la queja ante las autoridades, yo hasta le tengo una demanda por eso”, añadió la abuela.
En la zona, dicen, todos le temen a los perros, “para que la gente pueda bajar o subir, toca pegar el grito para que el dueño los tenga, porque eso es un peligro”.
“Necesito que me ayuden para que esto no quede impune. Pido que se haga justicia, que pague por este deceso, no es justo que este señor haga lo que quiera con al comunidad y nadie dice nada, ya tiene varias demandas”, clamó la nona a esta redacción.
El pequeño, según relatan los familiares, era muy cariñoso, “ayer vine y estaba todo contento, cuando nos despedimos me abrazó, era un niño muy cariñoso”, añadió la abuela.

