
Varios estudios avalan la idea de que para los niños es muy bueno y beneficioso crecer con su abuelos. Por un lado, especialistas en Reino Unido realizaron una investigación basado en el estudio y análisis de más de 1600 niños entre 11 y 16 años. En él se trataba de medir la felicidad de los niños, tanto de los que vivían junto con sus abuelos como los que se criaban sin ellos.
El estudio concluyó que «las relaciones cercanas entre abuelos y nietos sirven de amortiguación a los efectos de los eventos adversos de la vida, como a separación de los padres, porque estas relaciones calman a los niños y les dan seguridad». Asimismo, aseguraba que los abuelos pueden generar estabilidad emocional en los niños y juegan un papel decisivo en los momentos de adversidad familiar ya que ayudan en estos momentos de estrés en la familia.
Este no es el único estudio, otro realizado por el Institute for Fiscal Studies y la Nuffield Foundation, corrobora que los abuelos que crían a sus nietosdurante sus primeros años de vida les aportan seguridad emocional.
El auge de los abuelos canguro
En los últimos años ha aumentado el número de niños criados por sus abuelos, en detrimento de los niños que van a la escuela infantil desde sus primeras etapas. Este aumento ha sido aun más notable en las familias de clase media. Las razones suelen ser dos:
– económicas: la crisis económica o unas rentas bajas hacen que muchos padres dependan de sus padres para que cuiden a sus hijos mientras ellos trabajan.
– personales: prefieren que a sus hijos les cuide un familiar directo y crezca rodeado de mayor atención y un cariño cercano, con personas en las que confíen plenamente.