Los centros comerciales nacen con el objetivo de atraer un gran número de clientes que busquen satisfacer una necesidad de consumo, ya sea adquiriendo artículos específicos o realizando compras de impulso.
La ventaja de estas edificaciones es que, al congregar un gran número de comercios, el cliente tiene más alternativas entre las cuales elegir.
Otro punto a tomar en cuenta es que los centros comerciales pueden estar destinados a productos de un determinado sector, por ejemplo, el textil o el tecnológico.
Igualmente, un centro comercial puede estar destinado a un determinado segmento económico o a otro. Esto dependerá de los precios ofrecidos y de su ubicación.
Un fenómeno que se observa es que los centros comerciales se han convertido en lugares donde las personas acuden a dar paseos o simplemente a comparar precios. Es decir, no necesariamente el visitante tiene que efectuar una compra.
Dada esa circunstancia, la edificación suele contar con un patio de comidas, o incluso diferentes restaurantes donde la gente puede reunirse con amigos o pasar tiempo en familia. Incluso, pueden incluirse cines en estos establecimientos.
Aunque dos empresas competidoras se ubiquen en la misma edificación, ambas se benefician de la alta concurrencia de consumidores que suelen atraer los centros comerciales.
Los centros comerciales responden a la existencia de economías de aglomeración, esto significa que las empresas generan eficiencias por estar unas cerca de otras.
Un centro comercial no solo se puede satisfacer la necesidad de consumir bienes, sino también servicios. En esta oportunidad una mujer posa a la cámara haciendo un gesto con los dedos en señal de victoria.
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